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Celuloide contra el olvido

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Mensaje por Murumendi 10/10/12, 05:09 pm

Noticia del Deia.
Saludos study

La Filmoteca dedica su primer ciclo temático a la relación entre el cine y la Guerra Civil en Euskadi

EN el programa de Cine y Guerra Civil en el País Vasco, la nueva retrospectiva de la Filmoteca Vasca, su director, Joxean Fernández, recoge una cita de Susan Sontag: "Hay horrores sin nombre porque carecen de imágenes". A lo que Fernández añade: "En las últimas tres décadas, los cineastas presentes con sus películas en este ciclo, principalmente vascos, nos han vacunado con celuloide contra el olvido".

Se refiere a directores como Pedro Olea, Julio Medem o Helena Taberna, cuyos trabajos se exhibirán en la primera retrospectiva temática de la Filmoteca, realizada en estrecha colaboración con Donostia Kultura y su programación Nosferatu. Junto a títulos recientes que "han ayudado a construir la memoria cinematográfica del conflicto", desde hoy también se proyectan películas propagandísticas que ambos bandos realizaron en la guerra y filmes realizados durante la dictadura. Coincidiendo con el 75º aniversario del bombardeo de Gernika, hasta diciembre se han programado 17 títulos que llegarán en diez sesiones y fechas distintas al Teatro Principal de Donostia, Golem AlhóndigaBilbao y el Aula de Caja Vital de Gasteiz. El calendario completo se consulta en filmotecavasca.com.

Propagandísticas Entre los cortos que defendieron la República destacan los impulsados en 1937 por la sección de Propaganda del Gobierno de Euskadi, con especial atención al trabajo de Nemesio Sobrevila, que mostró en Guernika las ruinas después del bombardeo, la salida de los niños vascos y su exilio en Francia. Según destacó el catedrático Santiago de Pablo, que ha coordinado el libro del ciclo junto a Joxean Fernández, estas piezas tienen"características peculiares" con respecto al cine que se hacía en el resto de España durante la guerra.

Las cintas de propaganda vasca a favor de la República estaban enfocadas a buscar la solidaridad internacional y "no podían mantener el mismo discurso" que en el resto del país, ya que el principal partido del Ejecutivo vasco, el PNV, era "confesional y católico". Ello echaba por tierra la supuesta cruzada religiosa de los sublevados, pues los documentales del Gobierno del lehendakari Agirre mostraban a un pueblo vasco "pacífico, trabajador y católico".

A su vez, películas franquistas como Frente de Vizcaya y 18 de julio (Miguel Pereyra, 1937) y Bilbao para España (Fernando Delgado, 1937) trataron de "contrarrestar" ese discurso. Joxean Fernández, que ha escrito el capítulo Ocultación y mentira, aseguró que el cine del bando nacional en Euskadi "fue escaso" y dirigido a "orillar los aspectos que más daño podían hacer a la dictadura".

La retrospectiva incluye trabajos realizados durante el franquismo como el documental Guernica (1950), un canto a la libertad en el que Alain Resnais y Robert Hessens mezclaron imágenes documentales y detalles de la obra de Picaso, o El otro árbol de Guernica (Pedro Lazaga, 1969), una "monopolística lectura" de la guerra realizada por los vencedores. Mañana, el polifacético Fernando Arrabal visitará Donostia para presentar El árbol de Guernica (1975), un filme de inconfundible toque surrealista.


nueva retrospectiva de la Filmoteca Vasca
Celuloide contra el olvido

La Filmoteca dedica su primer ciclo temático a la relación entre el cine y la Guerra Civil en Euskadi

Donostia, Juan G. Andrés - Miércoles, 10 de Octubre de 2012 - Actualizado a las 05:39h

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Joxean Fernández, Lourdes Hernández, Josemi Beltrán y Santiago de Pablo, ayer en Donostia.

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EN el programa de Cine y Guerra Civil en el País Vasco, la nueva retrospectiva de la Filmoteca Vasca, su director, Joxean Fernández, recoge una cita de Susan Sontag: "Hay horrores sin nombre porque carecen de imágenes". A lo que Fernández añade: "En las últimas tres décadas, los cineastas presentes con sus películas en este ciclo, principalmente vascos, nos han vacunado con celuloide contra el olvido".

Se refiere a directores como Pedro Olea, Julio Medem o Helena Taberna, cuyos trabajos se exhibirán en la primera retrospectiva temática de la Filmoteca, realizada en estrecha colaboración con Donostia Kultura y su programación Nosferatu. Junto a títulos recientes que "han ayudado a construir la memoria cinematográfica del conflicto", desde hoy también se proyectan películas propagandísticas que ambos bandos realizaron en la guerra y filmes realizados durante la dictadura. Coincidiendo con el 75º aniversario del bombardeo de Gernika, hasta diciembre se han programado 17 títulos que llegarán en diez sesiones y fechas distintas al Teatro Principal de Donostia, Golem AlhóndigaBilbao y el Aula de Caja Vital de Gasteiz. El calendario completo se consulta en filmotecavasca.com.

Propagandísticas Entre los cortos que defendieron la República destacan los impulsados en 1937 por la sección de Propaganda del Gobierno de Euskadi, con especial atención al trabajo de Nemesio Sobrevila, que mostró en Guernika las ruinas después del bombardeo, la salida de los niños vascos y su exilio en Francia. Según destacó el catedrático Santiago de Pablo, que ha coordinado el libro del ciclo junto a Joxean Fernández, estas piezas tienen"características peculiares" con respecto al cine que se hacía en el resto de España durante la guerra.

Las cintas de propaganda vasca a favor de la República estaban enfocadas a buscar la solidaridad internacional y "no podían mantener el mismo discurso" que en el resto del país, ya que el principal partido del Ejecutivo vasco, el PNV, era "confesional y católico". Ello echaba por tierra la supuesta cruzada religiosa de los sublevados, pues los documentales del Gobierno del lehendakari Agirre mostraban a un pueblo vasco "pacífico, trabajador y católico".

A su vez, películas franquistas como Frente de Vizcaya y 18 de julio (Miguel Pereyra, 1937) y Bilbao para España (Fernando Delgado, 1937) trataron de "contrarrestar" ese discurso. Joxean Fernández, que ha escrito el capítulo Ocultación y mentira, aseguró que el cine del bando nacional en Euskadi "fue escaso" y dirigido a "orillar los aspectos que más daño podían hacer a la dictadura".

La retrospectiva incluye trabajos realizados durante el franquismo como el documental Guernica (1950), un canto a la libertad en el que Alain Resnais y Robert Hessens mezclaron imágenes documentales y detalles de la obra de Picaso, o El otro árbol de Guernica (Pedro Lazaga, 1969), una "monopolística lectura" de la guerra realizada por los vencedores. Mañana, el polifacético Fernando Arrabal visitará Donostia para presentar El árbol de Guernica (1975), un filme de inconfundible toque surrealista.

En democracia Tras la muerte de Franco llegaron obras como los ikuskas -podrán verse el 2 (1979) y el 17 (1983), de Pedro Olea y Pedro de la Sota, respectivamente- o Gernika, el espíritu del árbol (1987), un documental dramatizado de Laurence Boulting. Desaparecidas ya las visiones franquistas, surgieron trabajos como Lauaxeta-A los cuatro vientos (1987), de José Antonio Zorrilla, que firmó la primera ficción sobre la Guerra Civil en Euskadi. Entonces comenzaron a subrayarse "los aspectos nacionalistas" y se ofreció una visión "quizá un tanto romántica" de un pueblo que tras décadas de lucha, exilio y dictadura buscaba la reconciliación.

En los últimos años, el cine vasco sobre la Guerra Civil ha estado orientado a denunciar la represión franquista y recuperar la memoria histórica. En Vacas (1992), Julio Médem traza una metáfora de las guerras fratricidas a través de la relación entre dos familias; Fiesta (1995), una "desconocida" película francesa de Pierre Boutron protagonizada por Jean-Louis Trintignant, se acerca al fusilamiento de sacerdotes nacionalistas; yLos niños de Rusia (2001), de Jaime Camino, recuerda el drama de los chavales evacuados al extrajjero durante la guerra. Helena Taberna recoge en La buena nueva (2008) el apoyo de la jerarquía eclesiástica al alzamiento nacional y la reciente La conspiración (2012), de Pedro Olea, se centra en la confabulación del general Mola.

La publicación del ciclo, el número ocho de la colección Nosferatu, contiene estudios de los "mejores especialistas" en la materia, según De Pablo. Así, tras el prólogo de Vicente Sánchez-Biosca, el lector podrá descubrir las peripecias de Nemesio Sobrevila relatadas por Izaskun Indacoechea y conocer de la mano de Casilda de Miguel La Guerra Civil en el cine vasco de la Transición y los años 80. Otras aportaciones son las de María Pilar Rodríguez, que ha escrito sobre el conflicto a través de la mirada infantil, o Zigor Etxebeste, que analiza la contienda en el cine de Medem.

Para el final se reservan los testimonios de cuatro cineastas -Mikel Rueda, Helena Taberna, Josu Martínez y Olea- y una amplia bibliografía y filmografía que puede abrir "nuevas vías de investigación".
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Mensaje por alluitz1+1 10/10/12, 10:25 pm

Esto debe de ser lo que me ha comentado Iñaki Marino hoy en el campo de batallas entre trinchera y trinchera.
Sentimos no haber podido avisar antes de verdad.

saludos

Alluitz
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